
Soy campeón del mundo de
un “panjuego” que todavía nadie conoce: el panajedrez. Soy maestro de una escritura que nadie lee
todavía. Soy creador de una nueva técnica musical, de una grafía musical que
permitirá que el estudio del piano, por ejemplo, sea posible en la tercera
parte del tiempo que hoy lleva estudiarlo. Soy creador de una lengua universal –la panlingua– sobre base numérica
y astrológica, que tanto contribuiría a que los pueblos se conociesen mejor unos
a otros. Soy creador del “neocriollo”, lengua que reclama al mundo...